Los adultos mayores son más vulnerables al estrés térmico porque no se adaptan tan bien a los cambios bruscos de temperatura. Es más probable que padezcan una enfermedad crónica que modifique la respuesta normal del organismo al calor o que tomen medicamentos que afecten a la capacidad del cuerpo para controlar la temperatura o la sudoración.
La exposición a altas temperaturas puede aumentar el riesgo de deshidratación, agotamiento por calor e insolación. Estas enfermedades relacionadas con el calor pueden ser peligrosas o poner en peligro la vida.
Sigue estos consejos para estar preparado para el calor y reducir los riesgos a la salud:
Ten en cuenta estos otros consejos útiles
- ¿Utiliza algún aparato médico (respiradores, sillas de ruedas eléctricas, máquinas de diálisis, etc.) que funciona con pilas o requiere electricidad? Los cortes de electricidad durante las épocas de calor extremo pueden poner en peligro su movilidad y su salud. Tenga un plan de respaldo. La FDA ofrece este Folleto sobre dispositivos de uso doméstico: How to Prepare for and Handle Power Outages for Medical Devices that Require Electricity (PDF – 5.1MB).
- Si no puede desplazarte o encontrar un espacio con aire acondicionado, considera la posibilidad de hacer lo siguiente en casa:
- Cierra las ventanas, puertas, persianas y cortinas para evitar la entrada de aire caliente y luz solar durante las horas más calurosas del día.
- Si no tienes acceso a aire acondicionado, toma precauciones adicionales. El uso de ventiladores puede ayudar a mitigar un poco el calor, pero las altas temperaturas sin humedad, pueden hacer que los ventiladores no sean efectivos para enfriar adecuadamente tu cuerpo.
- Moja una toalla con agua fría y colócala en la nuca. La ropa de colores claros, ligera, holgada y de tejidos naturales también ayuda.
- Tome una ducha o un baño fríos para ayudar a reducir la temperatura corporal y aliviar el calor.
Si necesitas más información, visita el sitio web delDepartamento de Envejecimiento.