El efecto “isla de calor” hace que las ciudades se calienten mucho más que sus paisajes rurales circundantes.
Aumentar la concienciación sobre el calor entre todos los californianos es importante, también para los que viven en ciudades, donde reside el 94% de los californianos. Un gran número de residentes urbanos carece también de acceso fiable al aire acondicionado o no dispone de fondos para hacerlo funcionar.
Sigue estos consejos para estar preparado para el calor y reducir los riesgos para la salud:
¿Qué es el efecto de la isla urbana y cómo pone en riesgo a sus residentes?
Las zonas urbanas suelen ser entre 1 y 7 grados más calurosas que las periféricas. Las ciudades tienden a calentarse mucho más que los paisajes rurales que las rodean porque tienen más superficies oscuras, como carreteras y edificios sin sombra, que absorben calor durante el día e irradian ese calor al aire circundante.
Las ciudades pueden tener más edificios altos que bloquean el flujo del viento y aceleran la evaporación. También pueden impedir que el calor se libere y atraparlo más donde los humanos puedan sentirlo.
La calidad del aire empeora en los días calurosos y soleados. Las zonas urbanas densamente pobladas concentran en áreas pequeñas los aparatos que emiten calor, como los coches y los aparatos de aire acondicionado. Todo ello genera smog, un contaminante atmosférico nocivo, que expone a estas poblaciones a un mayor riesgo de sufrir temperaturas más altas y contaminación atmosférica. En general, esto contribuye a aumentar la temperatura del aire en las ciudades.