Las enfermedades crónicas, como las cardiopatías, las enfermedades mentales, la diabetes, las enfermedades renales, la mala circulación sanguínea y la obesidad, son factores de riesgo de las enfermedades causadas por el calor. Las personas con problemas crónicos de salud pueden ser más vulnerables al calor porque tienen más factores que afectan a la capacidad de su organismo para regular la temperatura, como la toma de medicamentos que afectan a la capacidad del cuerpo para controlar su temperatura o la sudoración.
Algunas complicaciones de salud que pueden derivarse de la exposición al calor extremo incluyen*:
- Enfermedades cardiovasculares: El calor extremo puede aumentar el riesgo de infarto, especialmente en personas con enfermedades cardiovasculares preexistentes.
- Enfermedades respiratorias: El calor puede empeorar afecciones respiratorias como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), así como aumentar el riesgo de infecciones respiratorias.
- Enfermedad renal: El calor puede suponer un estrés adicional para los riñones, dificultando a las personas con enfermedades renales la filtración de residuos y líquidos de su organismo.
- Diabetes: Las altas temperaturas pueden dificultar a las personas con diabetes la regulación de sus niveles de azúcar en sangre, aumentando el riesgo de complicaciones como la cetoacidosis diabética.
- Enfermedades neurológicas: Las personas con afecciones neurológicas como la esclerosis múltiple (EM) y la enfermedad de Parkinson pueden ser más sensibles al calor y experimentar un empeoramiento de los síntomas cuando hace calor.
- Enfermedades mentales: El calor extremo puede exacerbar los síntomas de ciertas afecciones mentales, como la depresión y la ansiedad, así como aumentar el riesgo de estrés y fatiga relacionados con el calor. Los datos muestran que el calor es un factor estresante para muchos trastornos del estado de ánimo y de ansiedad, incluido el trastorno de estrés postraumático, y está asociado con un aumento en las visitas a la sala de emergencias por problemas de salud mental y tasas de suicidio. Los datos también muestran que a medida que el calor extremo aumentan en duración y gravedad, también lo han hecho los impactos en la salud mental. Es normal sentir mayores niveles de ira, tristeza, estrés y ansiedad durante el calor extremo.
Los cuidadores y familiares de personas con enfermedades crónicas deben tomar precauciones para garantizar su seguridad cuando haga calor.
Siga estos consejos para estar preparado para el calor y reducir los riesgos para la salud:
Ten en cuenta estos otros consejos útiles
- ¿Utiliza algún aparato médico (respiradores, sillas de ruedas eléctricas, máquinas de diálisis, etc.) que funciona con pilas o requiere electricidad? Los cortes de electricidad durante las épocas de calor extremo pueden poner en peligro su movilidad y su salud. Tenga un plan de respaldo. La FDA ofrece este Folleto sobre dispositivos de uso doméstico: How to Prepare for and Handle Power Outages for Medical Devices that Require Electricity (PDF – 5.1MB).
- Si no puede desplazarse o encontrar un espacio con aire acondicionado, considera la posibilidad de hacer lo siguiente en casa:
- Cierra las ventanas, puertas, persianas y cortinas para evitar la entrada de aire caliente y luz solar durante las horas más calurosas del día.
- Si no tienes aire acondicionado disponible, toma precauciones adicionales. El uso de ventiladores puede ayudar a mitigar un poco el calor, pero las altas temperaturas sin humedad pueden hacer que los ventiladores no sean efectivos para enfriar adecuadamente tu cuerpo.
- Moja una toalla con agua fría y colócala en la nuca. La ropa de colores claros, ligera, holgada y de tejidos naturales también ayuda.
- Tome una ducha o un baño fríos para ayudar a reducir la temperatura corporal y aliviar el calor.
Si necesitas más información, visite el sitio web del Departamento de Envejecimiento.